jueves, 27 de diciembre de 2012

Marianocho

Pongámonos el parche...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Oferta de empleo

En tiempos de crisis, toda oferta es bienvenida...

jueves, 27 de septiembre de 2012

Crisis Perruna

Todo es cuestión de perspectiva.

jueves, 26 de julio de 2012

Prosperidad

Los padres quieren lo mejor para sus hijos...

martes, 3 de julio de 2012

Pasión

La pasión mueve y expande el mundo.

lunes, 25 de junio de 2012

¡VIVA ESPAÑA!... o no...

A pesar de todo, los españoles tenemos todo el derecho de alegrarnos por los triunfos de nuestros deportistas... y más si eso nos pone un plato de comida en la mesa... ¿Cómo? ¿Que no lo hace?... estoo... ¡¡Siguiente tira cómica!!

miércoles, 13 de junio de 2012

Falsas apariencias

Es curioso, pero resulta que puedes pasarte toda tu vida pensando que le caes bien a una chica, para que la realidad haya sido siempre que le das asco... No digo que esto me haya pasado a mí... ¿Qué pasa?... ¡Siguiente tira cómica!

viernes, 8 de junio de 2012

Código de la amistad

Existen muchas leyes no escritas en esta vida, que rigen y ordenan lo que tiene que ser una convivencia sana y pacífica entre las personas.

jueves, 31 de mayo de 2012

ESPANIC

Versión más cruel del clásico de Cameron.

martes, 29 de mayo de 2012

Virilidad mal entendida

Hay ciertas cosas con las que no se juega. A saber: la comida, el fuego, los explosivos y hacerse el machito.

lunes, 21 de mayo de 2012

¡Ahora caigo!

Los exámenes son como los ninjas: silenciosos, rápidos y letales. Si te descuidas, si no estás alerta, si no te preparas concienzudamente... acabarás empalado como una vulgar prostituta.

martes, 15 de mayo de 2012

SOS

Por mucho que hayas disfrutado del S.O.S. de este año, haz el favor de no restregárselo a los desgraciados de tus amigos que se han quedado sin esta oportunidad... ¿Estamos?

jueves, 10 de mayo de 2012

Superviviente


[Un apunte previo: además de dibujar monigotes, de vez en cuando gusto de dejar escapar un poco de mi locura en forma de microhistorias, ésta es una de ellas]:

Soy de los que puede presumir de haber sobrevivido a tormentos y torturas de la peor envergadura. Puedo decir que, en mis 30 años de vida, he sido sometido a toda clase de maldades de una crueldad que sonrojarían al mismísimo Lucifer, el Rey de los Infiernos. No soy dado a fanfarronear, entre otras cosas porque tampoco tengo mucho con lo que presumir, pero si de algo puedo sentirme orgulloso es de ser un superviviente nato, preparado para todas y cada una de las penurias con las que este mar de lágrimas llamado mundo quiera azotarme, portando su látigo de veinte flagelos con púas afiladas llamado realidad.

            Algunos hablarán de las torturas medievales, de la Santa Inquisición, de dictadores sanguinarios ávidos de destruir y reducir a cenizas cualquier tipo de opinión en contra de su credo, de los orientales y sus perturbadores métodos para infligir dolor, de programas como Sálvame o Gran Hermano… Sin restar seriedad ni respeto a las víctimas que tuvieron la pésima fortuna de caer presos de semejantes bestias, mi situación en aquel momento, en mi opinión, no era mucho mejor.

            Estaba en la boda de gente que apenas conocía. Si aquello no era una tortura medieval, que baje Dios y lo vea. Una bolsa de ácido corrosivo yacía en el interior de mis entrañas, pesada e inquieta, abriéndose paso al resto de mi cuerpo, sumiendo mis extremidades y mi cabeza a un estado de angustia que haría gritar a un sordomudo en coma.

            Había sido arrastrado por mi novia a este acto social, protagonizado por una de sus compañeras de trabajo y un desdichado que, falto de reflejos, estaba pagando su incapacidad para esquivar ese tsunami destructivo llamado compromiso. En medio de semejante caos, mi cerebro estaba sometido a una presión gigantesca para mantenerse lejos, muy lejos de allí, más allá de donde el horizonte esconde el sol, más allá de donde van a parar las fantasías y las ilusiones de los niños cuando estos crecen y conocen la crueldad con la que la realidad del mundo les golpea, más allá de los límites de la cordura.

            Me encontraba en medio de una nebulosa oscura. Sombras y figuras poco definidas se arremolinaban alrededor de mí. Yo, confuso y asustado, sólo era capaz de producir sonidos guturales sin sentido. Allá, a lo lejos, alguien gritaba mi nombre, cada vez más fuerte. Cuando mi novia me clavó el codo en las costillas salí de mi ensoñamiento. Estábamos en el convite nupcial, al que de algún modo habíamos llegado conduciendo mi coche. En mis manos sostenía un vaso con agua y en la otra un palillo con una gamba al ajillo. Todavía perplejo, miré a mi alrededor, y por más que busqué no atisbé a nadie que conociera, salvo a la inocente y bienintencionada mujer que sonreía a mi lado. Como un viejo amigo que volvía por vacaciones, la bolsa de ácido de mis entrañas regresaba para darlo todo en su empeño por angustiarme.

            “¡¿Quién en su sano juicio puede desear esto?!” Voceé en el interior de mi cráneo. Lo peor estaba por llegar, la última y más cruel de las torturas que aquel evento me tenía reservada: la cena. A esas alturas, mi estómago rugía como una fiera salvaje y enloquecida, arañando con sus garras mi interior, reclamando desesperadamente materia orgánica para poder mantener sus funciones vitales. Ya nada me sorprendía, pero seguía siendo doloroso, pues lo que fueron poniendo delante de mí no sólo sabía como la ingle de un demonio, sino que además serviría para alimentar el estómago de un caballito de mar, pero no el mío.

            La noche transcurría y yo, lentamente, me fui abandonando a la desesperación. A mi lado, mi novia conversaba tranquilamente con el resto de comensales de nuestra mesa, ajena a la encarnizada batalla que se estaba librando a dos palmos de ella. No podía más y, haciendo caso omiso a lo ridículo que pudiera aquello parecer, detuve a un camarero y reclamé me que sirvieran el menú para los niños.

            Respiraba entrecortadamente, mi presión sanguínea amenazaba con reventarme las arterias, me dolían todos y cada uno de los huesos de mi cuerpo. No se cuánto tiempo pasó, pero de pronto alguien indeterminado se detuvo a mi lado y colocó un plato frente a mí. Se trataba de un filete empanado aderezado con patatas fritas. Poco a poco, mi respiración se fue calmando. Agarré los cubiertos y comencé a comerme aquello.

            Se hizo el silencio, o eso me pareció. Mi cuerpo comenzaba a recuperar fuerzas a gran velocidad. La bolsa de ácido comenzaba a batirse en retirada. Cargado de un renovado optimismo, viéndolo todo con una nueva perspectiva, una duda, una pregunta, una inquietud comenzaba a crecer en mi interior. En aquel momento todo cobraba un nuevo sentido. Sorprendido de no haber dado con aquello hasta entonces, miré a mi novia a los ojos y, adoptando el semblante más decidido que pude y cargando mi voz de la mayor de las convicciones le pregunté: “¿Quieres casarte conmigo?”

miércoles, 2 de mayo de 2012

El Peñón

Los compañeros de piso son esa especie que se mueve entre considerarlos parásito o simbionte: o son un peñazo insoportable, o sin ellos la vida apartada de los tuyos sería mucho más difícil.

martes, 24 de abril de 2012

Nueva vida

Uneo compagina sus estudios de Periodismo y sus prácticas en el periódico con una nueva vida en un particular piso de estudiantes. Cambiar de aires y huir de la opresora dictadura parental está muy bien, pero los hombres nunca estaremos lo suficientemente agradecidos por esa fuerza de la naturaleza equilibrante, sensata y extremadamente inteligente llamada Mujer. Primera tira cómica para los perfiles corporativos de redes sociales de Fripozo S.A.

sábado, 7 de abril de 2012

Salsa de arena

Existe una nueva clase de aristócratas, que salen a la luz del día y en los medios de comunicación todos los días, a la vista de todos, pero que poseen un poderoso disfraz que los oculta de la manera más sutil y eficaz que uno se pueda imaginar. Ese efectivo disfraz se llama "democracia".

Paz y Amor

jueves, 26 de enero de 2012

¿Dónde está Rajoy?

[Click en la imagen para agrandar] El ausentismo de Mariano Rajoy en la vida política bien podría recordarnos a aquellos magníficos cómics de Martin Handford. Sea como fuere, Rajoy existe todavía, y está perdido en esta viñeta... ¿Podrás encontrarle?

¡¡PERO ANTENCIÓN!! El presidente del Gobierno no es lo único que anda perdido entre tanta gente, también precisa ser encontrado:
- Zapatero... sí señor, ZP también...
- Perruno y su malvada maestra, la Sra. Matas.
- Uneo y Amelia.
- La silla mágica en la que descansa Rajoy de lo mucho que está trabajando.
- Un lápiz del 2 que lleva utilizando desde que accedió al Gobierno... no, no es mágico.
- Un demonio.
- E.T. el Extraterrestre (con dos co*****).